Miguel Ángel Villanueva, clarinetista de la Sinfónica Juvenil de Colombia. Archivo personal.
La sinfonía de Miguel
Les presentamos a Miguel Ángel Villanueva, clarinetista de la Sinfónica Juvenil de Colombia. Un Viajero dedicado y disciplinado, que con tan solo quince años ha logrado tocar con algunas de las más importantes orquestas sinfónicas del país. Esta es su historia.
En silencio, mirando la partitura que está apunto de interpretar, Miguel Ángel espera el llamado de su director. Sus compañeros hablan, ríen y caminan por el escenario, él calla y afina su clarinete. Desde la esquina del escenario ve una señal, en medio de las luces de colores que adornan el lugar y las miradas expectantes del público, los quince músicos de la pelayera del Instituto Salesiano León XIII se ponen de pie. El concierto está a punto de comenzar.
La música acompaña a Miguel todo el tiempo. Ha pasado por todos los géneros musicales desde que empezó a tocar el clarinete, sin embargo, su preferido es la música clásica –también llamada música académica-, y últimamente es un apasionado de la música tradicional colombiana. Si pudiera escoger, elegiría siempre tocar una sinfonía.
Primer movimiento: un talento temprano
Cuando tenía 10 años, en el año 2012, su mamá recibió la invitación para la clausura escolar; era un día importante para su hijo, sería solista en la orquesta infantil del colegio. Miguel tocó la canción original de Mario Bross en clarinete. Cuando se cerró el telón y se apagaron las luces, en medio de aplausos y ovaciones, los profesores se acercaron a Olga Bejarano, la mamá de Miguel, con felicitaciones y abrazos. En ese momento supo cuál era la vocación de su hijo. “Era impresionante. Fue tan magistral el momento que yo entendí que esa sería su vocación. Para esa presentación ensayó solo por varios meses y nadie lo sabía”, cuenta Olga.
Su pasión por la música empezó desde temprana edad: “Cuando era pequeño miraba a mi hermano ensayar mientras tocaba la guitarra clásica. Otras veces nos sentábamos a escuchar música, siempre recuerdo eso”, cuenta Miguel. Su mamá también es cantante y guitarrista empírica, y algunos de sus familiares maternos también son músicos. Su madre, aunque nunca estudió música, ha aprendido por las conversaciones que tiene con sus hijos en el comedor, sobre todo en el desayuno, cuando Miguel empieza a hablar de Lucho Bermúdez y su clarinete.
Su iniciación musical fue en el Instituto Salesiano León XIII en Bogotá, donde actualmente cursa noveno grado de bachillerato. Desde que cursaba la primaria descubrió su pasión por los instrumentos de viento. “Aquí hacemos un proceso de exploración musical en el que los niños tienen la oportunidad de tocar todos los instrumentos, los profesores identifican a quién le gusta y se le facilita más un instrumento. Después inicia el proceso de aprendizaje”, señala Paola Enciso, coordinadora del programa musical del Instituto Salesiano León XIII.
Segundo movimiento: de disciplina y sueños
La música ha sido determinante en la vida de Miguel, lo acompaña todo el tiempo y se ha convertido en un lenguaje con el que puede comunicarse con otros y desarrollar todas sus habilidades. “Migue siempre ha sido un niño muy tímido pero la música lo ha ayudado a relacionarse con los niños del grupo musical, de hecho, él los organiza, es un líder”, asegura Paola Enciso.
Y como la música es su lenguaje por excelencia, cada vez que se sube a un escenario y emite la primera nota con su clarinete siente que puede decir cualquier cosa. “Lo que me gusta de la música es que puedo hacer que la gente se sienta feliz cada vez que toco. Me gusta transmitir alegría cuando toco música colombiana, por ejemplo”, afirma Miguel Ángel.
Actualmente, Miguel cursa un programa técnico en Competencias Musicales con énfasis en clarinete en su colegio, y acompaña a su hermano en ‘Zocoró’, un concierto didáctico que rinde homenaje a los pueblos afro e indígenas latinoamericanos. Además, es el ganador de la Residencia Artística y participación en el Concierto Banda Sinfónica Juvenil de Colombia 2017, lugar en el que ensaya al menos tres veces a la semana. Fue uno de los solistas que acompañó el lanzamiento de Viajeros del Pentagrama en julio de este año, y en agosto tuvo la oportunidad de tocar con la Banda Sinfónica Metropolitana de Bogotá. También hizo parte de la Banda Sinfónica Metropolitana de Barranquilla en el 2016.
Ensaya todos los días pensando en que algún día hará parte de la Orquesta Sinfónica de Berlín, o de alguna de las otras orquestas sinfónicas europeas de las que tiene afiches en su cuarto, y con las que sueña tocar. “Estoy segura de que su disciplina lo va a llevar lejos y yo lo apoyo”, dice su mamá.
Tercer movimiento: la música de Miguel
A propósito de sus días musicales, Miguel Ángel nos envía la lista de reproducción de su #RockolaViajera:
Rite of spring – Igor Stravinsky
Berlioz – Sinfonía Fantástica (Le Balcon)
Lágrimas de amor – El Nene
Carnaval de los animales – Saint- Saens
Fantasía Cubana – Chucho Valdés
