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Escuchar y hacer música en casa

Existen muchas formas de entender la música como lenguaje expresivo desde la infancia, aquí, Ángela Tapiero, nos da algunas indicaciones:

¿Cómo inculcar el gusto por la música?

Muchas veces no sabemos muy bien cómo encontrarnos con el mundo de la música, quizá debido a su enorme diversidad, que es también reflejo de las características físicas y culturales de las múltiples regiones y culturas que hay en el mundo. La música hace parte de la vida cotidiana, por eso el mejor consejo es volver a despertar el interés y la curiosidad por esas peculiaridades geográficas y culturales, a partir de las que surgen las diversas corrientes musicales.

¿Hay que tener habilidades musicales para relacionarse con la música?

Esa es una tendencia que suele ser muy frecuente porque muchas personas relacionan el hecho de no tener oído musical con una aparente inhabilidad para cantar. Sin embargo, como además del canto la música abarca muchos otros aspectos –el ritmo e incluso también el juego-, los padres también pueden desarrollar y sacar provecho de esas habilidades. Hay muchísimos músicos que no cantan, y eso ya es un buen indicador de que para acceder al mundo de la música no hay que cantar muy bien, porque ahí también se deben incluir aspectos tan variados como el ritmo, la exploración sonora, o la audición. Sin embargo, incluso una persona que se considere muy desafinada para cantar también puede hacerlo, puesto que así podrá descubrir aspectos relacionados con el timbre y las características propias de su voz.

Aprender a apreciar el sonido

Al igual que con todas las demás expresiones artísticas, la música debería convertirse en un alimento de consumo diario. De hecho, aunque no nos demos cuenta, la música siempre está presente, aunque en las grandes ciudades la presencia de ruido es tan constante que muchas veces resulta imposible distinguir un sonido de otro. Quizá habría que propiciar una cultura que valorara la importancia que tienen los sonidos, de tal manera que uno pudiera interesarse por apreciarlos y querer jugar con ellos; aunque sucede con frecuencia que como los adultos acostumbran a decidir por los niños -asumen que se cansan o aburren muy rápido-, no se dan cuenta que esa situación es generada porque la fuente sonora se concentra en un solo lugar, o que su propia falta de interés y hasta rechazo por ciertos géneros musicales se termina transmitiendo a los niños. El gusto por la música y las artes debería ser tan importante como respirar, pero para que esa necesidad exista los agentes educativos debemos transmitir ese gusto e interés hacia los niños y sus familias.

Haga su propia “playlist” para escuchar en familia

Hay que perder el miedo a escuchar, así como romper con ciertos tabúes como el de que la música sinfónica suele ser aburrida mientras que el rock es siempre divertido; que el reggaetón es chévere y el bambuco más bien pasado de moda; o que, aunque resulte más sabroso bailar cumbia que salsa, el pop es mucho mejor. Poner las cosas en blanco y negro nunca es bueno, por lo que recomendaría que siempre se contara con la posibilidad de crear oportunidades sonoras, gracias a las que se pudiera terminar por perder el miedo a lo desconocido. Hay personas que, por ejemplo, suelen asociar toda la música mexicana -y específicamente al mariachi- con Vicente Fernández, y desconocen la riqueza y amplitud de registros y variantes que hay además de ese género en particular: jarana yucateca, polcas, marimba nandayapa, en fin.

Escuchar de todo

Los niños están en capacidad de escuchar cualquier tipo de música y sonidos –tambora, chalupa, maracas, arpa llanera-, porque precisamente el saber distinguir esos sonidos hará posible que la percepción que tenga de canciones como Arroz con leche o Los pollitos tenga mucho mayor sentido. Los niños y los jóvenes tienen un potencial auditivo muy grande, pero desafortunadamente somos los propios adultos quienes nos encargamos de estrechar esos límites. Creo todos deberíamos tener igual derecho a escuchar y apreciar una sinfonía Beethoven o un porro de José Barros.

Los instrumentos musicales en casa

Podemos tener solo una maraca, lo importante es que el niño pueda ver en ella otro juguete que solo sirve si él quiere, porque a diferencia de muchos otros objetos que se usan para llamar su atención, un instrumento solo funciona cuando el niño se interesa por conocerlo y explorarlo.

¿Quién es Ángela Tapiero?

Foto Articulo2 Viajeros del pentagrama

Ángela Tapiero foto: @FotoMilton – Ministerio de Cultura

Ángela es maestra en música con énfasis en Pedagogía de la Percusión sinfónica de la Universidad Nacional de Colombia, Ángela Tapiero es especialista en Educación Musical Temprana con certificaciones en Método Suzuki de la Asociación Suzuki de las Américas y Rítmica Dalcroze del Institut Jaques-Dalcroze de Ginebra (Suiza), respectivamente. Como integrante del Proyecto Herramientas para la vida “Explorando la Ciudad También aprendo”, ha estado a cargo de diversos procesos de innovación pedagógica para la Secretaría de Educación del Distrito (SED), junto con el acompañamiento para la cualificación de madres comunitarias, agentes educativos y cuidadores quienes hacen parte vital de la Estrategia nacional de atención integral a la primera infancia De Cero a Siempre. En la actualidad hace parte del equipo de Artistas Formadores de la Orquesta Filarmónica de Bogotá / Componente rítmico en atención a la primera infancia e infancia, así como fundadora y directora de la escuela El Taller de la Música, centro especializado en exploración musical e iniciación instrumental para niños y jóvenes acompañados por sus familias.

Concepto audiovisual y fotos: Milton Ramírez, Ministerio de Cultura. Texto: Juan Carlos Millán Guzmán, Fundación Nacional Batuta.